Una nueva cita viendo a nuestra “vapuleada” tierra dándole toda la vuelta a la inmensa estrella que nos da la vida, un año más que pasó con experiencias marcadas algunas por el encanto, y otras por el dolor. En todo caso, culminado este ciclo de 365 días, estamos recibiendo nuevamente complacidos un nuevo año, otra oportunidad para alcanzar las metas trazadas, otro destino programado para lograr el mundo que soñamos.
Sin resoluciones, la vida es una vía fría incalculable que no nos llevará a nada porque, aunque hagamos, seguiremos siendo de la casualidad, del descontrol y jamás comprobaremos la fortaleza de nuestro ser interior para proponer, crear, lograr, y al mismo tiempo, regalar un poco de nosotros en procura de la transformación de nuestro mundo y el de los demás. Sin objetivos programados, nos dejaremos llevar por la corriente “insípida” de los filósofos de la vida sin objetivos o, de la que fuese una doctrina económica del fisiócrata Du Pont: “Laissez faire, laissez passer”. No podemos seguir insistiendo en ese “dejar hacer, dejar pasar” si deseamos que nuestro 2024 se consagre como el que anhelamos.
Existen muchas máximas para referenciar al interior de este editorial que promuevan la acción en la obtención de la actitud y aptitud para cambiar, pero, la que más encaja y la que prefiero por su mensaje y, sobre todo, por quién la expresó, es aquella sencilla pero poderosa frase: “locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes”. Su autor, Albert Einstein, un científico genio que resolvió la vida con la simple idea de no hacer lo mismo si quieres lograr cosas distintas. El año 2024 es una oportunidad para renovar nuestros propósitos y metas personales. Es momento de reflexionar sobre lo que queremos lograr y tomar acciones concretas para alcanzar nuestros sueños. Seamos valientes y atrevámonos a salir de nuestra zona de confort. Cada día es una oportunidad para crecer, aprender y convertirnos en la mejor versión de nosotros.
Como sociedad, hemos aprendido en los últimos años a enfrentar desafíos globales que nos han recordado la importancia de la solidaridad, la resiliencia y la adaptabilidad. Nos hemos unido para superar crisis y hemos demostrado que juntos podemos lograr cosas increíbles. Es importante que recordemos los valores que nos han llevado hasta aquí. La empatía y la compasión deben seguir siendo el motor de nuestros deseos y acciones. Debemos trabajar juntos para construir un mundo más inclusivo, justo y sostenible. Es momento de tomar decisiones conscientes y responsables que beneficien a todos, sin importar nuestras diferencias.
A medida que avanzamos hacia el futuro, no dejemos de lado nuestra humanidad. No debemos olvidar la importancia de las relaciones interpersonales, del apoyo emocional y de la conexión genuina con los demás. La tecnología puede facilitar nuestras vidas, pero nunca debe reemplazar el valor de una sonrisa, un abrazo o una conversación cara a cara.
Es el momento propicio para motivarnos a iniciar un camino que no siempre es fácil: el del cambio. Analicemos con honestidad los resultados que el 2023 nos trajo, generemos resoluciones posibles y sencillas, ¡REALIZABLES!, y no dejemos en el tintero sus desarrollos; la disciplina y la constancia para alcanzar esas “pequeñas” metas nos traerán seguro mejores resultados que los logrados el año pasado. No es complicado visualizar y emprender camino, concebir y gestionar su proceso representará una mejora continua, ponerlo en práctica enriquecerá nuestras almas, las que amamos y las del mundo, sin condenarnos a repetirnos una y otra vez.
Óscar Arenas
Editor