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La ansiedad: un enemigo silencioso

En algún punto de nuestras vidas, todos nosotros hemos sentido ansiedad, nervios o preocupaciones. La ansiedad es una emoción que es normal y común en situaciones estresantes o momentos de incertidumbre. A menudo, estos sentimientos pueden ser saludables porque nos ayudan a adaptarnos a la vida. En bajos niveles, nos ayuda a ser más productivos, a trabajar de manera más eficiente y a estar más atentos, y alertas.

Sin embargo, hay momentos en que esta misma ansiedad se vuelve problemática, causando obstáculos en la vida cotidiana. Hay personas que sufren de los síntomas sin motivos, ni razones aparentes. Estos trastornos provocan preocupación, tensión, nervios y miedo a niveles que son totalmente desproporcionados.

Los trastornos de ansiedad afectan a 40 millones de personas en Estados Unidos. Esta es una de las enfermedades mentales más comunes. Es importante entender la diferencia entre los sentimientos normales de ansiedad vs. un trastorno de ansiedad. Hay que poner atención a la duración y gravedad de los sentimientos porque a veces se pueden manifestar en formas desproporcionadas. La ansiedad se convierte en un trastorno cuando la persona pierde el control de sus reacciones y tiene respuestas extremas ante situaciones normales. Estos trastornos causan daños en la vida de las personas que lo padecen. Pueden llegar a afectar el funcionamiento diario de una persona, sus relaciones familiares y sociales.

Los síntomas de este trastorno incluyen:

  • preocupación incontrolable
  • dificultad para concentrarse
  • irritabilidad
  • dificultad para dormir
  • cambios en la frecuencia cardiaca
  • náuseas
  • presión en la garganta o dificultad para respirar
  • sensación de desmayo


Los trastornos de ansiedad pueden ser causados por diferentes factores. Es común que sea el resultado del estrés de la vida cotidiana. Algunos ejemplos incluyen: problemas familiares o sociales, preocupaciones de dinero o por el trabajo, divorcio/separación, duelo, cambios grandes en nuestras vidas y problemas físicos o emocionales. Estos trastornos también pueden ser causados por factores genéticos o diferentes condiciones cerebrales. El uso de algunos medicamentos, el abuso del alcohol o las drogas, también pueden causar estos síntomas.

En algunos casos, la ansiedad se puede tratar en casa sin supervisión médica. A veces, pequeños cambios en el estilo de vida pueden bajar sus niveles. Es importante practicar diferentes actividades que promuevan la relajación, como el yoga, la meditación y el autocuidado personal. El ejercicio no solo ayuda con la salud física, sino también con el bienestar mental. Con esta condición, también es importante consumir una dieta sana y limitar el consumo de café o alcohol.

Si los síntomas de ansiedad empeoran con el tiempo, es importante buscar ayuda profesional. La forma más común de tratar esta condición es a través consejería psicológica. La terapia cognitiva-conductual ayuda a reducir la ansiedad y los pensamientos irracionales. En algunos críticos o severos, la medicación psicotrópica, que debe ser formulada por un médico, es de gran ayuda. Estos medicamentos ayudan a aliviar a corto plazo los síntomas de ansiedad, pero desafortunadamente no están diseñados para ser utilizados a largo plazo. Es importante consultar con médicos y psicólogos sobre los riesgos y efectos secundarios de estas medicinas.

Sofía Madrid
MSW, LSW/LCADC intern
Rutgers University, School of Social Work