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“Cuéntame por favor”, testimonio contra el “bullying”

Hace unos días, muchas cosas cambiaron para mí. Enfrenté la aventura de diseñar y conducir un taller para los padres del grado de mi hija, buscando contrarrestar, de alguna manera, el ambiente hostil en el que estaban recibiendo las clases sus hijos. Mi hija ya había salido de esa escuela. El taller se venía gestando desde el año pasado cuando aún éramos miembros de la comunidad educativa.  Así que, a pesar de haber tomado la decisión de elegir otra escuela para nuestra hija, decidimos con mi esposa hacer el taller con el corazón, un poco como agradecimiento por lo recibido, un poco como despedida de un proceso de vida importante para nosotros. Y también, un grito al cielo para que otros padres de familia, pudiesen despertar de esa creencia nociva de que, “sus hijos son perfectos”, cuando apenas están empezando la vida y tienen cosas muy importantes por aprender.

“Mamá, yo creo que, si quiero un cambio de escuela, yo no soy feliz en esta”. Así terminó nuestra lucha formativa para hacer entender a nuestra hija que, niñas como aquella, se seguirían encontrando el resto de su vida, y que debía encararlo para aprenderlo a manejar. Pero esa niña acosadora pudo más que su paciencia, y fue imposible hablar de mamá a mamá, por temor a violar el conducto regular de la escuela para tratar estos casos. Y así, los varios incidentes de abuso e intimidación, de maltrato psicológico, de elucubraciones y maquinaciones con las otras amigas para dejar mal a la nuestra, quedaron vacías en el área de apoyo escolar, con abrazos entre las estudiantes con la promesa vacía de “ser en adelante mejores amigas”. El sistema de apoyo escolar no resultó eficaz, y así, duramos 3 años.  

Motivado por lo anterior, decidí montar mi propia, pequeña y sana respuesta contra el sistema. Se iluminó mi cabeza cuando concebí un acto formal entre padres de pedir “feedback directo” acerca del comportamiento de un hijo ajeno, que atentare contra una serie de principios comunicados y reconocidos por los padres: reglas básicas de convivencia pacífica y de pertenencia a una comunidad académica. Un lenguaje común que conlleva un aumento significativo de la confianza para sostener conversaciones difíciles entre padres, sin juicios, sin calificativos, desde el amor. Contándole a los padres que su hijo de nuestra aula se ha equivocado. Los padres harán lo que quieran con esta información, la tomen, o la dejen, pero que pueda saber lo que, quizás, antes no sabía.

Trabajar arduamente para subir los índices de respeto y buen trato dentro de las aulas. Ese es nuestro sueño, para fundar bases de futuros seres adultos que sepan interactuar en comunidad y tengan un reconocimiento básico del otro.

“Cuéntame por favor” es un permiso vuelto petición. Es un acto consciente de unos padres, de apertura a la escucha profunda que puede doler, pero que puede significar un correctivo importante para el resto de la vida de un hijo. “Cuéntame por favor” es una conversación familiar que arranca un día entre padres y puede seguir en casa.

Luis Carlos Jacobsen
Abogado-Educador-Facilitador